sábado, 30 de abril de 2011

mírame mamá


Mi madre me descubrió muy avanzada su vida, y claro en ese momento ya no era una niña.
Hubo un tiempo anterior en que me admiraba, pero no sentía que me quería. Ella vivía sola desde la muerte de mi padre y yo adopte su papel. He decir que yo no tuve madre, sino una especie de familiar que hacía como que era.
Yo sí fui una buena madre, todos su deseos en la medida de mis posibilidades se los permitía. Cuando empezó con problemas en su cabeza, ahí de repente, nos convertimos casi en amantes. Iba a verla continuamente, la coloqué por encima de todo, vivía a 500 km y nos pasábamos las tardes haciendo manitas. Al no conocer semejante situación, yo no sólo no me aburría sino que me encantaba. A ella le gustaba tanto que no creí jamás, llegar a verlo.
Iba a verla, y ella que estaba en una silla de ruedas al verme decía "cómo has crecido" y sabido es, que a los que queremos, los vemos más altos.
Se convirtió en una persona divertidísima, totalmente deshinibida. Decía " que guapo, tu padre, pero que aburrido!" y estaba obsesionada con comprarse una silla eléctrica. Hoy es el día, pero la recuerdo todos los días. La quise, creo que en la medida inversa a lo que me quería ella. Pero es que el amor en ocasiones es inversamente proporcional e incluso exponencial.
Tengo que decir, que los últimos años mientras nos queríamos, además de tristes; fueron fantásticos. Tengo un gran recuerdo.
Dicen que cuando adoptas el papel de madre con la tuya has entrado en la madurez. Yo la verdad, es que desde que se murió he vuelto a la infancia. Además, un adulto creativo es un niño que ha sobrevivido, y yo ahora hago mis pinitos.
Explican que desde niños hacemos cosas para atraer la atención de nuestras madres y decimos "mírame mamá", los artistas todos, siguen con ese "mira lo que hago" y los que no crean "mira lo que tengo", incluso los hay con "mira lo que soy" Todos queriendo atraer las miradas. Somos en la medida que nos miran.
Ahora, decir que no estáis de acuerdo...
En la mayoría de los casos, mis posts adquieren continuidad, y ahora acabo de encontrar una foto de Martin Creed, un artista británico que hace cosas para que le miren y fíjense bien:

12 comentarios:

Carmela dijo...

Hermosa y sentida entrada Marcela.Dices que tienes un gran recuerdo, y eso es lo más importante.
El orden del amor hija-madre o madre-hija, no altera el producto (y perdona la expresión, pero creo que es la que mejor lo explica), si el resultado es amor y veo que en tu casoy en el de ella, lo hubo y mucho.
Que te acuerdes todos los días es un hermoso regalo que te dan los días, esas cosas que ns permiten seguir cada día.
Seguro que es un día muy especial para ti y te deseo calidez en tu corazón y el abrigo de tu madre.
Y totalamente de acuerdo en que somos en la medida que nos miran... y sé que eso marca de por vida
Un abrazo enorme.

Blue dijo...

Aaah, Marcela, que tierna.
Tengo que felicitarte por haber sabido disfrutar de ella.
Todavía soy 90% hija y no sé si estoy preparada para invertir el papel.
Besos exponenciales.

Genín dijo...

Para mi la sinceridad tiene un valor máximo, por eso disfruté tu entrada...
Besos y salud

Say dijo...

Es una preciosidad esta carta de amor a tu madre!

Con las madres siempre existe un complejo mundo para la comunicación. Un sistema patriarcal, muchas veces, ha bloqueado el lazo entre madre-hija, que debería de ser natural, espontáneo y lleno de amor y lo ha convertido en vínculo distante.

Yo también con mi madre he tenido dos etapas de conexión absoluta. En la niñez y ahora que, en su vejez, nos hemos vuelto a encontrar. Ya libres de muchas cosas.

Ese gran recuerdo que tienes de ella reconforta.

Un beso

India dijo...

Todo aquello que dijera me resultaría demasiado personal y el pudor me impide ser expontánea... es un tema muy hondo para mí y estoy en fase tortuga, caparazón que guarde quien quiera que soy.
Enhorabuen y felicidades en este día, en el que se celebra que también tú fuiste madre!
Achuchones!!! guapa persona, hija, madre, amiga...

India dijo...

jaaaaajajja eXpontánea jaaajajaj qué fisna yo... claro, desde que ví el vídeo de la boda jaajjajaa
eSpontánea, perdón.

Desclasado dijo...

Me ocurre con estos despelotes del alma, estas confesiones a calzón bajado, que me quedo sin saber qué decir.
Y ya sabes... Si lo que vas a decir no es más interesante que el silencio: cierra el puto pico.
Así que me callo y lo disfruto.

Cristina R dijo...

Beautiful... A veces tengo la sensación de que las madres nos están siempre mirando, donde quiera que estén.

Bisous

meloenvuelvepararegalo dijo...

Qué tierna te he sentido.
Me imagino que esos años deben ser duros, pero luego, en el recuerdo, reconfortan por haber sido vividos juntas.
Bonito recuerdo, disfruta de él.
Y un beso para ti,

marcela dijo...

Muchas gracias a todos, la verdad es que gracias a esa reconciliación amorosa pude soportar una largísima enfermedad, en la que me encontraba entre ciudades, sola y queriendo que ella sintiera que estaba allí. Cuando todo se acabó sentí un gran bienestar. Jamás he tenido la sensación tan cierta del deber cumplido.
Mi mayor éxito profesional ha sido ser una buena hija.
Me parece mucho.
Besos

Pilar Mandl dijo...

(Snifffff...)
Que puedas recordarla muchísimos años más y sigas llena de amor...

Un besazo Marcela

fiorella dijo...

Me identifico con mucho de lo que contás en tu post. Conocí ese sentimiento de madre de la mía.Un beso