martes, 28 de febrero de 2017

mirar obsesivamente


¿No os levantáis un día con una canción obsesivamente instalada en la cabeza y permanece ahí las 24 h. del día resonando como un eco? A mí me sucede también con las personas. Con los ojos de las personas... 

Y quién dice que no hay ramos virtuales ? 

lunes, 27 de febrero de 2017

hablando de lo único




Ante todo, el amor es una experiencia compartida por dos personas, pero esto no quiere decir que la experiencia sea la misma para las dos personas interesadas. Hay el amante y el amado, pero estos dos proceden de regiones distintas. 

Muchas veces la persona amada es sólo un estímulo para todo el amor dormido que se ha ido acumulando desde hace tiempo en el corazón del amante. Y de un modo u otro todo amante lo sabe. Siente en su alma que su amor es algo solitario. Conoce una nueva y extraña soledad, y este conocimiento le hace sufrir. 

Así que el amante apenas puede hacer una cosa: cobijar su amor en su corazón lo mejor posible; debe crearse un mundo interior completamente nuevo, un mundo intenso y extraño, completo en sí mismo.

(la balada del café triste de Carson MacCullers)

domingo, 26 de febrero de 2017

mirar al cielo con los pies en la tierra


“Creo que si miráramos siempre al cielo, acabaríamos por tener alas.”
Gustave Flaubert.

Por el contrario si lo hicieramos en las ciudades moriríamos atropellados.
partisana.

domingo, 19 de febrero de 2017

de tejer calceta para guardar poesía de Ajmátova


Durante la última ola de terror de Stalin, cuando Anna Ajmátova no sólo tenía prohibido publicar sino que además sometían su departamento a razzias periódicas y hasta le habían puesto micrófonos ocultos, su táctica para evitar el cepo literario era dar a memorizar a siete personas de su máxima confianza cada poema que escribía. Nadiezhda Mandelstam no pudo ser de la partida porque ya conservaba en su cabeza todos los poemas de su marido, el gran Ossip (muerto en los gulags de Siberia por aquel epigrama que le dedicó a Stalin). Pero la joven Natalya Gorbanevskaya no tenía marido y vivía en el mismo edificio que Ajmátova, la admiraba sin límite y además tenía una memoria especialmente fértil para la poesía: así ingresó al círculo de Las Calceteras. 

Ajmátova las llamaba así porque cada una de las visitantes llegaba al departamento munida de agujas y lana, y hacía ruido de tejer para los micrófonos de la KGB mientras memorizaba línea por línea el poema garabateado en un papel que Ajmátova le mostraba y que procedía a quemar en el cenicero en cuanto la visitante le daba un silencioso gesto de asentimiento. Así se hacía realidad en la URSS de Stalin la famosa profecía de Bulgakov: “Los manuscritos no se extinguen en el fuego”.

Eran los tiempos en que casi no se veían hombres por las calles rusas: o habían muerto en la guerra o Stalin los había hecho desaparecer en las purgas, o el miedo los había convertido en soplones. Mentira: quedaban los jovencitos, y Ajmátova tenía una pandilla de revoltosos admiradores (el pelirrojo Joseph Brodsky y sus amigos), pero los eximía de riesgos porque no quería que terminaran en el gulag por su culpa. Ya había visto caer a dos maridos y a un hijo; prefería valerse de mujeres. Hay una hermosa anécdota de esa época: Nadiezhda Mandelstam iba en un colectivo lleno que se bamboleó al pasar por un pozo; se agarró del brazo de la persona que tenía al lado y, al darse cuenta de que era una viejita tan esmirriada e inmaterial como ella, le pidió perdón con vergüenza pero la viejita contestó: “No es nada. Las mujeres como usted y como yo somos de hierro”.

viernes, 17 de febrero de 2017

bofill y la fábrica, una rara belleza.



De Ricardo Bofill no me gusta casi nada de su arquitectura, pero sin embargo me gusta aquél aire de libertad y cambio que introdujo en un modelo de profesional. Su equipo  vivía y trabajaba a su alrededor en una antigua fábrica de cemento a la que su buen ojo hizo un modelo de chalet-cementero rodeado de paisaje y cerrado dentro de una ciudad dormitorio como es Sant Just Desvern. Minimalismo, brutalismo, gótico, y mezcla de garndes espacios con muebles de arquitectura. Yo la conocí y siempre me gusto por sus contradicciones.

lunes, 13 de febrero de 2017

Cosas del corazon



Tu corazón no puedes darme a diario;
si eres capaz, es que nunca lo diste.
Un amoroso enigma: aunque el corazón parta
conserva su lugar, y al perderlo, lo salvas

John Donne

domingo, 5 de febrero de 2017

el love-cost





Las historias felices no tienen buenas novelas. Así se ha escrito siempre. En cualquier tipo de arte lo considerado agradable no incita el menor interés. Es pura decoración. Existen amores que se decoran. 

Y personas que pasan por ellos como turistas ocasionales. El viaje es más peligroso, requiere tiempo y nunca se sabe si la vuelta será tan fácil como el que  ofrece la seguridad de comprar de ida y vuelta. Los turistas nunca tienen que arrastar con el pasado, simplemente les quedan unas fotografías. 

Y es que el  pasado, si se piensa es algo infinitamente más real que el presente, por lo que se trata de una consecuencia mucho mayor.

La vida hoy va en low-cost, los amores también lo son y no llevan equipaje. Cualquier lugar es bueno y no se va a ellos, simplemente se mira el recorrido más barato. En el love-cost uno se sube, se baja,mira y olvida. Son amores que en un click van a la papelera.