viernes, 17 de febrero de 2017

bofill y la fábrica, una rara belleza.



De Ricardo Bofill no me gusta casi nada de su arquitectura, pero sin embargo me gusta aquél aire de libertad y cambio que introdujo en un modelo de profesional. Su equipo  vivía y trabajaba a su alrededor en una antigua fábrica de cemento a la que su buen ojo hizo un modelo de chalet-cementero rodeado de paisaje y cerrado dentro de una ciudad dormitorio como es Sant Just Desvern. Minimalismo, brutalismo, gótico, y mezcla de garndes espacios con muebles de arquitectura. Yo la conocí y siempre me gusto por sus contradicciones.

1 comentario:

Genín dijo...

Se poco de la obra de este hombre, del cachondo de su hijo Ricardo se mas... :)
Besos y salud