¿TIENES UN PAÑUELO? me preguntaba mi madre cada mañana en la
puerta de casa, antes de que yo saliera a la calle. Yo no tenía el pañuelo, y
como no lo tenía, regresaba a la habitación y sacaba un pañuelo. No tenía el
pañuelo cada mañana, porque cada mañana aguardaba la pregunta. El pañuelo era
la prueba de que mi madre me protegía por la mañana.
A otras horas del día, más
tarde o en otras circunstancias, quedaba a merced de mí misma. La pregunta
¿Tienes un pañuelo? era una ternura indirecta. Una directa hubiera sido penosa,
algo que no existía entre los campesinos.
El amor se disfrazaba de pregunta.
Sólo así podía decirse a secas, en tono de orden, como las maniobras del
trabajo. El hecho de que la voz fuera áspera realzaba incluso la ternura. Cada
mañana estaba yo una vez sin pañuelo en la puerta, y una segunda vez con
pañuelo.
Sólo después salía a la calle, como si con el pañuelo también
estuviera mi madre.
(Comienzo del discurso de Herta Müller con motivo del Premio Nobel)
(Gift Michael Reinaud)
6 comentarios:
Claro, son cosas de madres que tocan el corazón cuando las recordamos... :)
Besos y salud
Genin, para una mujer,en uno de los momentos más importantes de su vida recordar eso, es simplemente amor de hija.besos y salud.
TERNURA con mayúsculas.
El amor tiene lenguajes que a simple vista parecen tan sencillos...
beso y verso
Esos pequeños y enormes detalles que marcan para toda la vida.
Un beso.
Lasinverso. La ternura es el más salvaje de los sentimiento. No hay nada superior a ella. Un beso y gracias por venir.
Carmela, la diferencia es en lo que hay que fijarse siempre pequeña, pero por totalmente inmensa. Un beso enorme.
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