Isabella Gallipoli se creía aburrida, se sospechaba lujuriosa, se convertía en ruiseñor cuando el otoño desnudaba árboles. Y luego los bomberos tenían que venir a bajarla, porque desafinaba bastante y sufría de vértigo.
Se enamoraba siempre de un bombero diferente, que correspondía a su pasión durante seis peldaños, y luego, aburrido, la dejaba caer.
(Salem)
1 comentario:
Gallipoli, me encanta esa palabra, aunque también es el nombre de una cruenta batalla nada romántica, por cierto...
Besos y salud
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