En el mundo hay un único peligro: morir por falta de intensidad, apagarse. Comienzas a ser viejo cuando decides no arriesgar lo que tienes. No importa si estás bien o mal, lo que quieres es tranquilidad. Y la encuentras. Morirse es quedarse tranquilo para siempre. Por eso empiezo a sentir el peso de la edad, porque ya he arriesgado más de lo que podía, incluso un poco más un poco menos de todo lo que tenía.
Da igual, pienso que si soy capaz de arriesgarme de nuevo habré recuperado algo que no es confianza sino seguridad en que nunca va a pasarme más de lo que puede sucederme.
Me divierte pensar que un nuevo episodio de esos que te hunden, y que me han sucedido varios estos últimos años, me ha llevado a pensar con ilusión en volver a empezar.
Soy libre, siempre lo he sido, aún en los momentos que he estado atrapada, he sido libre para arriesgarme, porque la libertad, es no tener miedo.
(editado)
1 comentario:
Pues hubiera jurado que dejé un comentario...:(
Besos y salud
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