Para crecer hay que temblar, decía René Char.
La tranquilidad produce un mal arte, en todo caso lo que crea es artesanía. Es importante el miedo ante la página en blanco; ante el lienzo. El miedo que sigue al primer entusiasmo y al deseo. Lo más difícil siempre es lo más interesante, no necesariamente el sufrimiento, pero sin duda intensidad.
El temblor de la hoja que queda impertérrita apegada al árbol después de la tormenta. Esa que atrae la mirada por su fuerza.
Muy pocos están dispuestos a temblar. Esos son los que hacen obras emocionantes. Las que nos dejan estupefactos.
(Fotografía Magali Paulin)
19 comentarios:
Bien dicho, Marcela artista.
No puedo estar más de acuerdo:
El gran arte nace de la re-presión interior, es decir de presionarte a tí mismo una y otra vez...
Pero, ¿no te ibas de vacaciones? O era uno de tus blogs y no están sincronizados..
En fin...
Excelente post. Sí, en principio yo también creo que tiene que haber algo de eso, sentirlo al menos para que pueda darse. Pero la realidad no tiene por qué ajustarse a ese ideal. De hecho, estoy seguro de que hay maravillosas obras de arte que están hechas con gran tranquilidad, sin vértigos ni temblores y a los que sus creadores no les han dado apenas importancia (así de grandes son los jodidos en muchas ocasiones).
Un saludito.
Cuando te leo, la mayoría de las veces, me dejas estupefacta; sin dudarlo: haces post emocionantes.
Un saludo,
Muy bien dicho si señor!! Tus palabras me han animado en un momento sólo veía por solución a la ansiedad atiborrarme a dulces!
Gracias!
El arte no va de corderos ni de conformistas.
Un beso grande Marcela
Vuelvo a releer tu post y algunos comentarios que hay por aquí... y la verdad es que cada vez estoy en mayor desacuerdo.
¿La tranquilidad produce un mal arte o artesanía?
No lo sé. Es como esa leyenda de que en el momento en que entra el cochecito con los niños y la rutina en la vida del artista, se escapan las musas. No es así...
Y estoy hasta las narices de la visión del artista o el creador maldito, luchando contra todos, contra la sociedad, contra él mismo... Cada maestrillo tendría su librito, como se suele decir.
Por otra parte, a veces también te hacen crecer los que no tiemblan a la hora de expresar ciertas cosas, porque saben y no tienen miedo.
Así que gustándome lo que cuentas como te había dicho y estando en parte de acuerdo, no generalicemos y entremos en el asunto de que el arte sólo debe ser transgresor e inconformista. Todo arte inconformista acaba por ser "conformado" por la sociedad más pronto o más tarde... y a veces, cierto arte considerado "conformista" moldea más a la sociedad o la transgrede, precisamente porque ésta no ha visto el "peligro" tan claramente como en el caso anterior. (menudo rollo he soltado.. pero bueno, yo ya me entiendo).
Un saludo.
David, estoy de acuerdo y su contrario. Es verdad lo que dices...igual que lo que yo digo. La media de la mitad para ti y la parte de lo que queda para mi. Si, puede ser que el malditismo sea una cosa que en todos los casos no conduzca a la creación sino al hospital. Dicho ésto, hay demasiado artista que por el hecho de declararse ya cree serlo y sigue viviendo con mamá.
También creo que el temblor es producto del miedo y la vida es miedo,así el arte es consecuencia de plasmar ese miedo.
Y sí, puede que haya personas muy tranquilas y con una vida organizada que hayan sido grandes artistas, puedo recordar algunos y quizás pudiera hacer un post de ellos.
Hoy si embargo, me gustan los que tiemblan.
Mi blog adolece de criterio en muchas ocasiones, y un día digo una cosa y al otro la contraria.
Me contradigo, sí me contradigo.
Tampoco hay que darle demasiada importancia, soy una idiota partisana a vueltas con la vida, con blogs para curar mi ansiedad.
Un abrazo
Vale. Totalmente de acuerdo. Además, a mí me pasa lo mismo (ja,ja).
Un abrazo. ¿Sabes? No quiero que suene raro esto...pero me gustaría conocerte..me caes francamente bien, Marcela.
Y eso que aún no me has comentado nada del mail que te mandé. Si acaso muero, dile a mi mujer y a mis hijos que te pareció (ja,ja).
Tienes hijos, y tienes mujer ya tienes lo más importante. Tengo solo a lunita y la tengo prestada y mediopensionista. Claro que desde que la conozco me parece lo mejor de mis alrededores.
Nunca pensé que me podía gustar tanto una perrita.
Cuando la conocí me pareció una perrita cursi, y le llamaba París Hilton. Ahora que la quiero me parece Susan Sontag. ! Qué cosa el amore...!
Un abrazo
Te pareces a Arthur Miller....
Gracias a mis queridas amigas que están de acuerdo con lo del temblor. Gracias, me emociono al saber que un simple blogecito me da tantas satisfacciones.
Nunca lo creí. Blue, Pilar, Eva, Evasiete, Cecilia, me lo envuelves, la pájarita pájara,David, todos me habéis convencido de la bondad de poner en solfa nuestros pequeños pensamientos y nuestras neuras.
Yo era de las apocalipticas, ahora soy una integrada. Según Umberto Eco.
Ja,ja,ja. Espero que no sea por este motivo: http://safarinocturno.blogspot.com/2009/11/vueltas-al-tiempoque-no-lo-cura-todo.html
Gracias por el comentario (totalmente exagerado. Tú no has leído a Arthur Miller, me parece).
Jo! Recuerdo que leí el libro de Sontag sobre la violencia y hay una parte que me provocó una noche horrorosa.
Ay, David, sí que he leído a Miller.Si yo te contará.
Salud.
Cuenta, cuenta. Mándame un mail y cuenta, que me interesa.
Nos enamoras a toda/os...
Efectivamente nada es algo sin ese temblor de muerte...
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