La
lluvia que reinó sobre mi infancia me privó de todo
resentimiento. Al contrario que el sol de
Camús, sobre mí se precipitaron todas las gotas almacenadas en las nubes del Cantábrico. Cómo sería la cosa, que el primer tema de
conversación que recuerdo de pequeña siempre se refería al tiempo.
Y nunca tuve que volver a Tara. Cómo no soy río no desemboco. Ahora bonito, lo que se entiende por bonito, mi ciudad: San Sebastián.
(Vista desde el Club Naútico)
1 comentario:
Apenas vi la foto me dije:el Club Naútico de San Sebastián, un barco en tierra. Un beso
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