somos como todo el mundo

 


Yo me parezco a todo el mundo. Creo que nunca nadie se ha vuelto hacia mí por la calle. Soy la banalidad. El triunfo de la banalidad.
Y eso me parece bien, con el tiempo he descubierto que solo se puede ser en la mirada de otro. Incluso los que son bellos. Es el minimalismo de lo que no ocupa lugar, el sitio de la esperanza, no de las falsas expectativas.
No os hagaís ilusiones somos como todo el mundo.

Foto Ray Metzker