Isabella Gallipoli se creía aburrida, se sospechaba lujuriosa, se convertía en ruiseñor cuando el otoño desnudaba árboles. Y luego los bomberos tenían que venir a bajarla, porque desafinaba bastante y sufría de vértigo.
Se enamoraba siempre de un bombero diferente, que correspondía a su pasión durante seis peldaños, y luego, aburrido, la dejaba caer.
(Salem)
2 comentarios:
También son ricos, si no se espera nada mas de ellos... :)
Besos y salud
El amor dura seis peldaños y una caída. A veces sí.
Besos, Marcela.
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