Aunque ser rechazado es un asunto incómodo en el mejor de los casos, es sin embargo, como tratar de cruzar una frontera con pasaporte falso, algo muy inquietante, que me parece ahora la única condición necesaria para el comienzo del verdadero respeto propio.
No se trata de recuperar lo perdido sino de recuperar-se. Salvar-se de ser ignorado.
(foto DiDonato)
1 comentario:
Seria incapaz de sentarme ahí... :(
Salud
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