Siempre se pensó que la emoción podía perturbar el pensamiento. Actualmente se comprende que la emoción tiene que ver con el significado, con la importancia de las cosas de la vida.
Lo que nos importa, es siempre por razones emocionales. De algún modo la emoción rige en nuestra vida más allá de lo que a primera vista parece. No sólo tiene que ver con muchas enfermedades del cuerpo sino que también tiene que ver con los valores.
Al fin y al cabo, los valores dependen de las cosas a las que uno les da importancia.
Los valores no son algo sofisticado que se agrega al pensamiento, sino que nacen junto con la importancia de los afectos.
El sentido de la vida es conseguir afectos y mantener los valores. Así de simple. Lo sencillo es propio de mentes complejas y al revés.
Ayer ví un película en la que el protagonista decía a su amigo "no te fies de nadie, y mucho menos de los que parecen muy normales" En mi carnet de baile tengo unas pocas personas de las que me fio absolutamente, porque forman parte de lo que me importa.
El chrismas es de Robert Mapplethorpe (1987), que aún con chupa de cuero, también encendía sus luces por Navidad.
El chrismas es de Robert Mapplethorpe (1987), que aún con chupa de cuero, también encendía sus luces por Navidad.
2 comentarios:
De mi te puedes fiar, en cuanto hable contigo dos palabras, te darás cuenta enseguida que no soy muy normal que digamos...jajaja
Besos y salud
Y de qué nos vale un pensamiento vació de emociones. A mí de nada. Prefiero mil veces la simplicidad y la cotidianidad abrigada por mis emociones y lo que despiertan al sentirlas. Creo que al igual que una obra de arte, solo es bella por lo que nos despierta a cada uno, la vida solo es vida si la sentimos gota a gota.
Besos grandes Marcela.
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