Cuando voy al psiquiatra- que por cierto me gusta mucho-, me dedico a contar lo que recuerdo para atrás y lo que me acuerdo para adelante. Y en ocasiones, descubro que mis recuerdos de lo vivido, en realidad eran fruto de mi tendencia a leer cuentos. Tenía una mente con la que pensaba que a toda costa, la película debía acabar bien. Y hacía méritos para que me comprendieran.
Más tarde caí en la necesidad de que simplemente me quisieran. Ahí sí que perdí los papeles y la autoestima e incluso, estuve a punto de perder mi innato sentido de humor judío. Que siendo del sur de Inglaterra-soy vasca-, no entiendo dónde lo había adquirido. Era un sentido del humor más palestino que judío, porque estaba siempre al borde de la franja.
Todo en mí terminó por ser fronterizo, y tuve momentos en los para reconocerme tenía que pedirme el pasaporte. Ya me contarán.
La paz sólo se encuentra en la infancia protegida pero la ensoñación y el recuerdo del pasado no es una respuesta válida. Sobre todo cuando te das cuenta que te la habías inventado.
(foto partisana)
4 comentarios:
Estos escritos hacen pensar demasiado...De momento mi psiquiatra es mi blog...
No quisiera hacer pensar demasiado, lo que intento es hacer un poco de humor, y reirme de mi. Para mi también mi blog es mi el señor "fraude".
"La infancia es el paraiso que habitas el resto de tu vida" creo que lo comentó Rosa Montero...
Lo consigues, haces humor hasta contando cosas tristes, como ese libro que has leído en tu viaje, como te he repetido en nuemerosas ocasiones escribes muy bien.
¡ME GUSTA MUCHO LEERTE!!!
Y recordé otra que siempre ha sido mi preferida:
"cuando era niño podía recordarlo todo. Hubiera sucedido o no" M. Twain
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