Siempre he creído que la mejor manera de dar un premio es dárselo al que ya está encumbrado. La publicidad de él será la que haga que el nombre del premio sea reconocido. Año tras año, los premios Príncipe de Asturias reconocen lo que ya ha reconocido todo el mundo. Y cada año buscan el premiado más mediático. Nadal ha premiado a los premios porque es el rey.
Y es el hombre que más me ha hecho disfrutar en los últimos cinco años. Y no digo más.
Es la imagen del deportista más grande y admirable que hemos tenido en España. Grande por modesto. Además de solidario y, con un entorno digno de admiración.
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