miércoles, 20 de agosto de 2008

anónimo

Tengo una colección de anónimos. Yo, que no guardo las fotos familiares, mirándolas pienso en términos casi literarios, quienes fueron, a qué dedicaron sus vidas, cuales fueron sus fracasos, si los éxitos les daban calor en sus camas. En definitiva, me gustan las fotos anónimas porque puedo inventar casi todo sobre los personajes. No conozco su pasado, no sé que fue de ellos. Es como si de verdad las imágenes contuvieran más de mil palabras. Mentira que se repite con frecuencia para hablar sobre lo que significa una imagen. !Qué más quisieran algunos que tener mil palabras!. En un tiempo lleno de ruidos y escaso silencio, la palabra sólo es lo que parece: pura y burda información. En la foto como en la vida, la sombra de mamá es alargada.
(A trilceunlugar le gustan alguno de mis anónimos)

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