A menudo ignoraba a qué me oponía y por qué, y en consecuencia mi rebeldía era turbia, incoherente, caprichosa.
Pero de alguna manera me imponía limpiamente, sin disimular, sin hacer trampas. sabiendo que lo que dijese a nadie importaba salvo a mi misma.
Dice Elias Canetti que “la auténtica ternura por los demás se apodera de ti cuando ya no están a tu lado”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario