Muéstrale al amado su verdadero rostro y sentirá desánimo de sí mismo. Pero no es fácil, ni es bueno para él, porque sentir el amor como una forma de ceguera selectiva, una ofuscación egoísta que impide ver al otro como tal, pues el otro es el espejo necesario.
No es casual que en italiano riconoscenza si mismo (reconocimiento) signifique gratitud, pues el agradecimiento supone reconocer —volver a conocer— al otro en lo que ha hecho por ti. El ingrato se niega a reconocer al otro en ese amor que está presente siempre, y no lo respeta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario