Existe algo mágico en las cosas que te rodean. Estoy limpiando desde hace días- más bien meses- mi biblioteca, en la que acumulo desde hace muchos años libros, unos para volver a releerlos, algunos por si en algún momento decido leerlos.
He decidido ésta cirugía doméstica porque he descubierto que algunos no han dejado de estar en el lugar que se colocaron. Y pienso que me desborda la acumulación de papeles, libros, revistas y catálogos. Voy desmontando muy lentamente esas columnas, sobre las que se ha mantenido mi existencia, con la resistencia del que puede quedarse al descubierto ante cualquier contingencia.
He tomado la decisión y me cuesta pero lo hago. Guardaré pocos-los suficientes, aquellos que me han conformado cómo soy, el que me gusta su encuadernación, el de la portada bella, los catálogos fundamentales, mis escritores y mi libro favorito, el clásico, el contemporáneo...me temo que muchos más. Los ojos se rebelan, desde hace tiempo.
Y cada uno-sin que me parezca muy interesante- que voy arrojando en la gran bolsa es un estremecimiento.
Me preparo para tener varios e-books (por si se me rompen). la letra se amplia y eso para mí se ha convertido en un básico.
Hace más ruido un árbol que cae, que todo un bosque que crece.
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