La pasión decae y en su lugar aparecen el cariño, el respeto, la lealtad… todo eso que ya estaba ahí, pero que no se hacía notar mucho, porque se daba por supuesto. Todo eso que es la otra parte del amor. A veces puede hasta bastar, ser suficiente para seguir adelante.
Pero otras veces no; entonces la tragedia entra en las casas.
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