gastronomía cardiaca de jirones
El caso es que has perdido el gusto de ver, de hablar, de sentir, de acoger.
Y ahora te comes el corazón.
Un corazón que se ha cocinado en muchas manos, al que le falta sal,
condimientos
la empatía,
el fuego lento
y el tiempo suficiente para que no quede crudo.
(partisana)(foto wes bell)
3 comentarios:
...Y quizás la cebolla falte... :)
Besos y salud
El fuego lento, muy cierto. Un beso
Si amigos, y no le falta perejil porque está en todas las salsas. Besos.
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