domingo, 2 de abril de 2017

gastronomía cardiaca de jirones





El caso es que has perdido el gusto de ver, de hablar, de sentir, de acoger.  
Y ahora te comes el corazón. 
Un corazón que se ha cocinado en muchas manos, al que le falta sal, 
condimientos 
 la empatía, 
el fuego lento 
y el tiempo suficiente para que no quede crudo.

(partisana)(foto wes bell)

3 comentarios:

Genín dijo...

...Y quizás la cebolla falte... :)
Besos y salud

fiorella dijo...

El fuego lento, muy cierto. Un beso

marcela dijo...

Si amigos, y no le falta perejil porque está en todas las salsas. Besos.