miércoles, 10 de abril de 2013

anne sexton mujer, poeta y maldita


Hace muchos años (1994) iba en un tren desde Madrid a Donosti, y en el compartimento viajaba una chica sueca que me dijo que había estudiado periodismo y español, para venir a trabajar a España. Ahora volvía, -porque según ella- los periódicos españoles sólo hablaban de política de los partidos. No hablaban de lo que interesa al ciudadano: la sociedad, la cultura y educación, que es lo que les atañe.
Leía un libro de poemas de Anne Sexton en castellano, cosa que me extrañó. Le pregunte ¿por qué no lees directamente en inglés? y me respondió que en un viaje a Venezuela encontró una antología traducida que nunca la habia encontrado antes.
Yo había oído hablar de Sexton, y tenía interés.  Cuando llegamos a nuestro destino, lo habia acabado y me lo regaló. Esos poemas me trastornaron.
Sexton fue una mujer que trabajó de modelo, tuvo enormes depresiones que comenzaron a hacerse más graves después de un embarazo, se psicoanalizó, bebió y amó sin discreciones. Era inmadura, débil, amiga de Silvia Plath, y entre martini y martini las dos acabaron suicidándose.
Desde esa hipersensibilidad que conduce a la locura trató sin conseguirlo relaciones estables, y dejo una poesía conmovedora, esencial, envolvente; en la que el lenguaje se nos revela desde lo profundo.

I am happy today with sheets of life.
I washed out the bedsheets.
I hung out the bedsheets and watched them
slap and lift like gulls.
When they  were dry I unfastened them
and buried my head in them.
All the oxygen of the world was in them.
All the feet of the babies of the world were in them.
All the crotches of the angels of the world were in them.
All the morning kisses of Philadelphia were in them.
All the hopscotch games on the sidewalks were in them.
All the ponies made of cloth were in them.

So this is happiness,

that journeyman.


Hoy me hacen feliz las sábanas de la vida.
Enjuagué las sábanas de la cama.
Tendí las de la cama y las contemplé
dar palmadas y alzarse como gaviotas.
Cuando estuvieron secas las descolgué
escondí mi cabeza entre ellas.
Todo el oxígeno del mundo estaba en ellas.
Todos los pies de bebes del mundo,
Todas las ingles de los ángeles del mundo,
todos los besos matinales estaban en ellas.
Todos los juegos a la pata coja en las aceras,
Todos los ponis de trapo estaban en ellas.

De modo que esto es la felicidad,
ese jornalero.


November 9, 1970

9 de noviembre de 1970

13 comentarios:

Genín dijo...

Es raro que alguien de publicidad no utilizara el poema para un anuncio de un jabón..
No te enfades, que estoy muy triste por la muerte de J.L Sampedro, cuando estoy así bromeo con cualquier cosa para no pensar en serio... :)
Besos y salud

David dijo...

Jo! Yo recuerdo que leí hace la tira de años un reportaje sobre ellas (o sobre una de ellas y las relacionaba o yo las relacioné, no sé)... menudas vidas y qué historias... Me encantaba la foto de la piscina. La usaron como portada para un libro: http://www.houghtonmifflinbooks.com/assets/product/0618057048.gif

Algunos poemas...jo! Pensé en pillarme algún libro de las dos, pero al final no lo hice... Tenía idea de escribir algo sobre ellas. Leí poemas sueltos de las dos, y...bueno, ya sabes que me gustan las pelis de dibujos.... Que Silvia estuviera relacionada con "El gigante de hierro", porque su marido, Ted Hughes fue quien escribió el cuento original me pareció curioso también.
Un abrazo.

David dijo...

Sylvia, no Silvia... perdón.

Carmela dijo...

Me encanta Anne Sexton.
Besos, Marcela

marcela dijo...

Genín, también yo lo he sentido mucho. Me parecía un hombre de bien, de esos que les funciona acompasadamente y a la vez el cerebro y el corazón.
Besos.

marcela dijo...

David, son dos personas de inmenso genio y de muy poca resistencia. La vida les superaba, y quizás las hormonas también les jugaron una mala pasada. Ser mujer, poeta, atender la casa y sentir el inmenso vacío que sentían debió de llevarlas al horno y al garage. Poetas inmensas, seres humanos frágiles. A Hughes se le suicidaron dos esposas, quizás si fuera un gigante de hierro para superarlo.
Un beso.

marcela dijo...

Carmela, me gustan pero no estoy en una fas ede mi vida que me vuelvan loca los suicidas. Hubo un tiempo -casualidad, o no- los escritores que me gustaban todos eran suicidas.
Ahora apuesto más por la vida que por el arte. Pero el arte me salva la vida.
Besos

Carmela dijo...

yo siento ternura por estas mujeres (Silvia, Anne, Alejandra) que no podían recibir de nadie lo que era preciso que se dieran a si mismas. Un lugar desde el que contemplar las últimas tardes de la vejez con
mirada serena.
Entiendo lo que me dices.
Un abrazo Marcela

Blue dijo...

En los trenes pasan (o pasaban) muchas cosas interesantes. A veces lo echo de menos, sí.
De la foto que pone David creo que hablamos en algún sitio, pero ya no recuerdo si fue en su blog.
En fin, da rabia que la poesía salga a veces de personas tan torturadas, pero será que no puede ser de otra forma para ser verdad.
Besos.

fiorella dijo...

Me encantó tu acercamiento a Sexton...y lo que más duele es el mote de "malditos", que yo lo uso..conste, respecto a quienes dijeron,dicen, vivieron y viven...lo que sienten,sin más.Un beso

marcela dijo...

Fiorella, gracias por pasarte por aquí, veo que has intendado hablar conmigo y por una serie de casualidades no me entero. Lo siento. Voy a intentar que charlemos un rato.
Besos.

marcela dijo...

Blue, si las almas torturadas canran. La presión y la angustia termina haciendo almas creativas. Es normal, siemdo una alegre cantarina no te salen las cosas tremendas que tienen la vida.
Yo, de momento soy algo torturada, no soy poeta y a veces canto. pero leo con sumo recogimiento a mujeres así.
Besos

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