jueves, 12 de julio de 2012

dos mujeres poetas



ELLA FITZGERALD EN EL CIELO

Le rezaba a Dios,
le rezaba ardientemente,
para que hiciera de ella
una feliz chiquilla blanca.

Y si ya es tarde para esos cambios,
pues al menos, mi Señor, mira cuánto peso
y quita de aquí como poco la mitad.

Pero el misericordioso Dios dijo No.
Simplemente puso la mano en su corazón,
le miró la garganta, le acarició la cabeza.

Y cuando todo haya pasado -añadió-,
me llenarás de júbilo viniendo a mí,
mi alegría negra, mi tonel cantarín.

Aquí, Wislawa Szymborska 






Aquí, Wislawa Szymborska,

2 comentarios:

Genín dijo...

Eso es para que no te fíes ni de dios, agregó, mientras hablaba en la intimidad con sus amigos en catalán...
Besos y salud

EG dijo...

Hermosas, terriblemente hermosas