jueves, 11 de noviembre de 2010
de recuerdos, olvidos y tiempo
Olvidar es una forma de limpiar el disco duro de nuestras cabezas. Somos menos de lo que recordamos y mucho más de lo que olvidamos. Ya decía el inefable austriaco, que somos seres que sobre todo olvidamos.
El recuerdo es un material sensible, de ahí que para almacenarlo recurramos en la mayoría de ocasiones a tomar una fotografía. Olvidar es una especie de estrategia económica ya que borrando los malos recuerdos nos ahorrarnos muchos pesares. Lástima que el borrado en ocasiones sea inconsciente y arrase con aquello que más nos valdría recordar.
No se puede vivir de recuerdos, ni con todos ellos. La nostalgia es un error. En el recuerdo y en el olvido operan mecanismos de auto defensa individual. Intentamos guardar los buenos recuerdos y poner en marcha ese mecanismo para preservar nuestra precaria fragilidad.
Somos en ocasiones lo que hemos vivido. Además de eso no volveremos a ser jamás lo que olvidamos. Dicen que el pasado reprimido, esas partes de nosotros que condenamos al olvido, puede reaparecer como un trauma que desbarata la tranquilidad de lo cotidiano. Recordar lo malo mucho tiempo no es mejor; pudiera suceder que la herida siempre abierta sabotee un futuro pacificado.
Marc Augé escribía "dime lo que olvidas y te diré quién eres"
La memoria es un dique contra la marea del olvido. No dejemos que por las compuertas se vayan los malos recuerdos mezclados con los mejores. Recordar es parte de vivir y de haber vivido.
(fotografía partisana)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
7 comentarios:
Yo recuerdo y recuerdo mucho, pero solo lo bueno o lo que "pudo haber sido y no fue".
Bicos.
Recordar es imprescindible, sobre todo cuando se tiene una edad, muchas veces me pregunto si tendrán recuerdos las personas afectadas por el Alzheimer...
Que miedo me da...
Besos y salud
¡ Dimelo a mi que me he pasado la tarde rompiendo cartas manuscritas, tarjetas postales y pequeños recuerdos de cartón ! Ha sido como un 'repaso' a mi pasado inmediato que aún no he olvidado.
Hay mucha verdad en ésta entrada.
Un beso :-)
La mente es caprichosa y somos capaces de olvidar lo que no queremos y de recordar lo que aborrecemos. Ojalá pudiésemos emplear nuestro cerebro como un gran archivador y fuéramos capaces de gestionarlo a voluntad para nunca olvidar el rostro de quien duerme a nuestro lado cada noche o a quien nos llama ahora papá y dentro de unos años, cuando alcance la adolescencia, no sea más que un recuerdo lejano avivado por fotografías.
Un saludo y felicidades por este blog.
Very nice Marcela....i like the light and colors.
Greetings, Joop
La nostalgia es un error... cierto porque te absorbe el tiempo que le dedicas; pero si no la sintieras a veces, no parecería que hubieras vivido.
Cactus? apenas pasa el tiempo por ellos,
bss,
Vaya una ventana hecha de buena salud (atestiguada por los cactus) y mala memoria...
¿de felicidad?.
Publicar un comentario