miércoles, 7 de abril de 2010

mujeres que admiro

Hace algunos-pocos años conocí en Portobelo a Milly, y nunca jamás he visto alguien tan alegre. Iba y venía corriendo con su sonrisa siempre puesta, con sus flip-flops corriendo por las piedras y con ganas de comerse el mundo y un trozo de piña de mi desayuno. Era absolutamente feliz con nada, y tenía un mundo interior que exteriorizaba sin parar.
Sin complejos, loca por vivir, jugando sin parar y descubriendo no sólo el mundo; sino el mar que tenía delante de su casa. Reptaba por la arena moviendo los brazos, encantada de creer que sabía nadar.
Era lista, era inteligente, y sigue siendo. Me gustaría que fuese lo suficiente para que cuando cumpla 20 años más, siga dispuesta a comerse el mundo y a cualquier macho-man que quiera someterla. Sólo quiero que la quieran, que la dejen ser ella, y sobre todo que haya aprendido a nadar bien para alejarse de los tiburones.
Milly sin salir de su pueblo, pasaba las tardes según contaba tan pronto en Colombia, como en Paraguay.
A veces le decía "Milly cuéntame algo" y ella contestaba " uno, dos, tres,.."
Y me cansan esos personas que van de turistas y cuando vuelven dicen "son pobres, pero son tan felices". Cómo si por ser pobres tuvieran que tirarse por el malecón.
Son pobres, felices, y en ocasiones se sienten desgraciados. Desde luego les faltan cosas, pese a ello no necesitan "prozac".
¿Qué quieres Milly, le preguntaba? Y me respondía "pocotón de cosas". Es decir: muchas, todas.
Le llamaba Millypocotón. Y la quiero.

(fotografía Alma Almarán)

6 comentarios:

ROSA ALIAGA dijo...

Me ha encantado pocotón!

meloenvuelvepararegalo dijo...

Ni prozac ni muchas otras cosas a las que "el primer mundo" ya se he ha hecho dependiente.
Bonita historia.

Blue dijo...

¡Que riquiña!
Que bien suena eso...pocotón...pocotón...no me extraña que se te quedara grabada esa palabra.
Besos.

evasiete dijo...

Esa manía que tenemos los blancos del primer mundo de creer que sabemos lo que sienten en otros mundos. Me gustó tu historia Marcela.
Un beso

Pilar Mandl dijo...

:-)
:-)
:-)

¡Qué bien "exteriorizado"!

Tiene suerte Pocotón de conocerte.

Pilar dijo...

Linda historia, me ha gustado el paseo por tu blog