Una de las imágenes del fotógrafo Robert Frank despertó el interés particular de su amigo, el escritor beat Jack Kerouac. En su introducción al libro de Frank "Los Americanos", Kerouac escribió, "poco o nada se sabe de la niña solitaria en el ascensor, mirando hacia arriba y suspirando en un ascensor de personas borrosas, ¿cuál es su nombre y dirección?".
Ahora lo sabemos, se llama Sharon Collins y vive en San Francisco. Hace unos días que visitó el Museo de Arte Moderno de San Francisco y se sintió atraída por una foto en particular - la misma foto que Jack Kerouac describió.
"Me paré en frente de esta fotografía en particular un total de cinco minutos, sin saber por qué me estaba viendo retratada en ella", dice. "Entonces, pasado ese tiempo delante de la foto me di cuenta, de que la niña de la foto era yo."
La icónica imagen muestra a una muchacha joven, pulsando un botón del ascensor, mirando con una expresión indescifrable. El libro ha cambiado su vida el 13 de febrero de 2009. En aquél momento su nombre era Sharon Goldstein, y vivía en Miami Beach. A los quince años, consiguió un trabajo de verano como una chica del ascensor en el Hotel Sherry Frontenac.
Ella explica que el hotel siempre estaba lleno de turistas, y muchos de ellos tenían cámaras. Pero ella ha reconstruido lo que sucedió al mirar la hoja de contactos de Robert Frank. "Robert Frank tomó unas cuatro fotos mías sin flash, en el ascensor. Yo no sabía que me estaba retratando.
"Y luego, cuando el ascensor quedó vacío" añade, "me pidió que me diera la vuelta y sonriera a la cámara". Pero a partir de la única imagen que se eligió para el libro, Kerouac supuso que se sentía sola. Collins cree que adivinó la realidad. "Él vio en mí algo que la mayoría de la gente no veía. Tengo una gran sonrisa y una estruendosa carcajada, generalmente soy graciosa. Así que la gente es lo que ve de mí. Intuyo que Robert Frank y Jack Kerouac vieron algo que era más profundo y que sólo las personas que estaban muy cerca de mí pueden ver. No es necesariamente soledad, es ... melancolía ".
La foto forma parte de la historia de un libro mítico y su imagen también.
(La primera imagen pertenece al libro de "Los Americanos" de Robert Frank, la segunda es Sharon Collins-antes Goldstein-, en la actualidad, en el mismo ascensor)
11 comentarios:
Un post más que estupendo. Me ha gustado mucho, Marcela.
David, hoy van dos estupendos. Tú también eres estupendo. Otro beso.
Da gusto mirar entre "bastidores" una foto. Y si es de los grandes mucho mejor.
Buena entrada. Me gusta tu pequeña historia.
Que impresión reconocerse en una foto después de tantos años y saber que, además, tiene otra historia paralela.
Sí, tiene una expresión melancólica.
Bonito, Marcela.
Una amiga mía salió de niña en una tarjeta postal de la playa de Altea. La tiene en casa enmarcada. No es tan glamuroso, pero tiene gracia.
Increíble, lástima que Kerouac no pueda saberlo aunque si pudo ver aquello en la foto también sospecharía el final de la historia.
Noemí, yo también salía en una foto de Donostia, pero de espaldas y nunca me reconoció nadie. Ni siquiera yo.
un beso.
Inma, Kerouac y todos los poetas, son poetas porque ven detrás de lo aparente.
Simplemente por estar golpeados.
me hace ilusión que me visites.
¿Hay café....?
Marcela ando todo el día dándote vueltas... ascensor para arriba ascensor para abajo... te estás volviendo mi droga... me enganchas como la fota al alma... como el amor a la soledad...
Gracias
(y sí, la primera frase, era de mosqueo... Marcela ya está bien, que no escribo ni un maldito verso... por Dios Marcela).
Gracias a todos, ya no doy más de sí, entre contestar, escrutar, escribir, juntar letras, buscar fotos y adoraros no tengo tiempo de ná.Y se me pasa el arroz.
Besos
Esa melancolía de los *lucidos+ no la ha perdido...
Marcela, siempre regalando tesoros...
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