lunes, 3 de noviembre de 2008
tener o no tener
Freud y su séquito, Ferenczy y Jung, más una pareja de psicoanalistas indígenas, son los mejores introductores posibles a una sociedad en la que el poder es el equivalente de la perversión y en la que la hipocresía, más que un defecto del alma individual, es ya una ideología expandida. El parecer es el ser, la interpretación del papel social es la identidad total, los demonios andan sueltos y visten de chaqué. Lo peor de nosotros se desata cuando tenemos todo lo que queremos. Y cuando nos falta lo necesario.
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