La instalación de Cai-Gou-Quiang demuestra como la aparatosidad se ha adueñado de los museos. El maestro de la pólvora, que inaugurará las Olimpiadas ha realizado una instalación casi escatológica/finalista.
Su instalación en Guggenheim de Nueva York, es como una traca final del mundo de las instalaciones, del bolidismo, del hipercapitalismo, de ese cinismo radical chic que ha llegado parece que para quedarse. ¿Y si......todo fuese el anuncio de un cambio de era?
1 comentario:
No se si cambio de Era, pero cambio seguro, y no parece que para mejor.
Saludos.
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