Muéstrale al amado su verdadero rostro y sentirá desánimo si no se siente reflejado.
Pero no es fácil, porque sentir el amor como una forma de ceguera selectiva, una ofuscación egoísta que impide ver al otro como tal, impide no ver al otro, así deja de verse a si mismo, pues el otro es el espejo necesario.
No es casual que en italiano riconoscenza si mismo (reconocimiento) signifique gratitud, pues el agradecimiento supone reconocer —volver a conocer— al otro en lo que ha hecho por ti. El ingrato se niega a reconocer al otro en ese amor que está presente siempre, y no lo respeta.
1 comentario:
Qué hermosa reflexión y cuánta profundidad para describir al amor en tan pocas palabras. Los seres humanos somos tan frágiles que nos cuesta comprender al otro, nos confundimos en este juego de espejos, no sabemos observar los detalles más sencillos de los sentimientos de quien tenemos a nuestro lado, vamos desde el egoísmo hasta la confusión. No podemos entender que esa emoción de emociones es una construcción conjunta.
Ariel
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