Las películas buenas acaban mal

Lo ideal, en cualquier caso, sería aprender a estar triste. No como una especie de regodeo autocomplaciente, sino triste porque te ha fallado todas tus emociones, todas tus esperanzas, todo aquello que pusiste sobre una mesa muy bien montada pero sin alimentos.

Ser poseedores de una tristeza serena y casi hermosa. Un estado de aceptación de la condición humana. Porque es ciertamente necesario comprender que, a medida que la vida avanza, la tragedia se precipita sobre uno. Inexorable, brutal, catastrófica. Sobre todos nosotros, porque las películas que acaban como la vida son las buenas.

Salidas de regreso

 

Quién no habrá soñado en esas noches

de turbia soledad, bajo el hechizo

terrible de la luna indiferente,

como en aquella noche de verano

lo soñé yo, con empañados ojos,

en un cuarto sin luz, lleno de libros,

pidiendo a un Dios ausente lo imposible:

una puerta al regreso, una salida.

José Mateos

Recordar es no olvidar

 

Cuando pierdes a alguien, la perdida es mucho mayor si no compartisteis personas comunes. 
Porque Nadie conserva ya el relato completo. Solo entre todos los que tuvieron contacto con alguien que ya no está se puede reconstruir su retrato. Lo saben quienes pierden a un ser querido: necesitan a los demás para que su parte de la historia, el trozo de biografía que les tocó, se sume a un puzle que un día se llevará el tiempo (ese que dicen que todo lo cura y que según Ferlosio -no estoy de acuerdo- todo lo traiciona). ( recuerdo del aleph)

el cuerpo une, el tiempo tambien

El filósofo estuvo a punto de casarse, pero desistió porque descubrió que esa mujer hubiera hecho de él el hombre más feliz del mundo. Y parece que no estaba preparado para semejante futuro. Las mujeres tampoco están programadas para la felicidad de manual. Su lucidez les hace ser conscientes de que lo único real del sexo son los cuerpos. El resto es espejismo. La mente discierne, el cuerpo desea.

Esto ocurre en la novela Bulder 

Un lugar cualquiera

 “Nunca volverás a estar completamente en casa, porque parte de tu corazón siempre estará en otra parte. Ese es el precio que pagas por la riqueza de amar y conocer a la persona en un lugar cualquiera ".

De los fuegos

Con ella,

con la ceniza, creamos

esa ilusión que llamamos experiencia,

y que solo nos sirve,

en ocasiones,

para disimular apenas

tanta nostalgia de la vida.

Y luego, un día

llega el viento y nos dispersa,

borrándonos. 

Karmelo Iribarren

Ilegítima y rara

POESÍA ILEGÍTIMA

Aquella noche que hice el amor
mental contigo
no estuve atenta
en seguida se me inflamó la mente
que sepas que hace dos noches
con dolientes penas
me nació un poema de forma ilegítima
llevará solo mi nombre
mas por tus rasgos extranjeros se te parece
mientras no sospechas nada de nada
que sepas que te nació una hija.

lágrimas artificiales

 

Cuando voy al oftalmólogo siempre me receta lágrimas artificiales y otros colirios. Lo que no sabe, es que al echármelas en los ojos se me ponen en un estado de melancolía. Húmedos muy húmedos.

Escribir en otras pieles

Me alegro de haberla conocido, quizá ahora su soledad no sea demasiado ancha, porque también la comparto y su historia me ayuda a conocerme por medio de mis circunstancias, parece que detrás de su hábito de escribir en la piel, se esconde un pasado que no pudieron vivir otros.

Leer y amar

Hacer el amor  y la lectura se parecen más entre sí porque en ambos se abren tiempos y espacios distintos  y en ellos tiempo y espacio se vuelven inmensos e infinitos.