domingo, 8 de marzo de 2020

la verdad espera


La verdad se demora cuando una persona deja de amar a otra. Por mera conveniencia del infractor. Por lástima. Por si el tiempo que ha de pasar termina por derruir esa certeza punzante y abre la senda a una nueva oportunidad. Por miedo. 

Por simple desidia. Por las reacciones y las opiniones de otros, que no significan nada dentro de esa historia particular; pero son, a su vez, los artífices de la historia individual de cada uno de los protagonistas. 

Por controversia con el propio amor, al que ya no se le entiende como antes y se propicia el pensamiento de que lo erróneo fue pretender que la  compaña de la una o del otro lograra auparse eternamente sobre todo lo demás. Por la supuesta existencia de un dios y los mandatos que éste impone. Por lo que dirán o podrían decir aquellos que realmente no importan. Porque la verdad no siempre trae consigo consuelo. O por otras cientos de razones más, a las no resulta raro ver actuar al unísono.

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