amargas y saladas
Tantas cosas se convierten en humo, que hasta uno mismo se puede convertirse en ello.
Lo deseado y nunca conseguido, la vida que ha pasado y nunca se ha vivido como uno quisiera...
Nada que ver con los besos de las chicas que fuman.
Esos besos saben a humo y son humo que desaparecen.
y a veces si las chicas nadan saben a sal, igual que las lágrimas.
y la sal cura.
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