Lo que está socialmente sobrevalorado es la productividad: corremos el riesgo de convertirnos en explotadores de nosotros mismos, vivimos en la histeria moderna de la hiperactividad… ese es el modelo para nuestro trabajo y para nuestras relaciones también, lo cual es doblemente triste.
Nos pasa incluso a los que nos decantamos por disciplinas artísticas. La paradoja es que resulta imposible hacer algo verdaderamente singular y delicado sin un espacio para la contemplación.
1 comentario:
Si, explotadores de nosotros mismos, yo creo que ya lo somos en muchos sentidos, que terrible ¿No?
Besos y salud
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