sábado, 9 de enero de 2016

los heridos del vivir


La primera frase de Anna Karenina dice que “todas las familias dichosas se parecen”, pero que “las infelices lo son cada una a su manera”. Lo que Tolstoi sugería es que seguramente no hay mucho que contar de los que no andan metidos en un lío, de los que no padecen conflictos, de los que no se andan tirando todo el rato los trastos a la cabeza. 

La felicidad convierte a los están sentados en ella en personas sobre las que casi mejor guardar silencio, ¿para qué decir palabra sobre quienes se limitan simplemente a estar ahí y disfrutar a fondo? Son tópicos literarios que se han quedado como parte del juego: ¡Que se fastidien los felices, que bastante tienen con ser felices! La literatura sólo va a tratar de los desgraciados que para eso lo son, para explicar de verdad el juego de la vida.

2 comentarios:

Blue dijo...

La felicidad nos coloca en la superficie de las cosas y ahí poca literatura se puede sacar.
Besos, Marcela.

Genín dijo...

Bueno, yo me sacrifico, estoy dispuesto a fastidiarme por ser feliz...jajaja
Besos y salud