jueves, 1 de octubre de 2015

la imperfección es bella



Hemos llegado al siglo XXI y nuestras máximas preocupaciones son aventuras con seguridad, peligros con control, disfrute sin gozo.

Sexo sin otro, leche sin lactosa, alimentos sin calorías ni colesterol, footing mécanico con control mecánico de pulsaciones y jadeos sin tomar el aire, conversaciones por skipe o washap, torsos y pubis sin vello…

Todo ello parece formar parte de una ilusión o ensoñación colectiva para crear islas. No solo de control y seguridad perfectas. Estamos en medio del caos de un mundo sin más brújula que un mercado capitalista enloquecido, que se debate entre sus propias sacudidas y las que provoca el permanente choque de identidades sin ética.

El exceso de seguridades, dietas, amores que van y vienen, fronteras que revientan y seres que están en medio de ninguna parte, hacen del un mundo repleto de neurosis y depresiones.

Quizás tendremos que darnos la vuelta para que la sangre llegue a nuestro cerebros.

1 comentario:

Genín dijo...

Precisamente he estado envuelto con temas de sangre mientras estaba hospitalizado superando una angina de pecho, por eso no te he comentado hasta ahora en los otros blog, pero no te preocupes, ya estoy de alta, todo bien :)
Salud y besitos