Ahora bien, el auténtico tesoro, el fin de nuestras miserias y esfuerzos, nunca está lejos, no debe buscarse en una región distante; está en lo más íntimo de nuestros hogares, o sea, nuestro ser.
Pero en ocasiones se produce el extraño y persistente hecho de que sólo tras un oportuno viaje a remotas regiones, un país extranjero o una tierra extraña, el sentido de nuestra voz interior que guiará nuestra búsqueda se revela ante nosotros.
La vida es un viaje. Es sólo un único viaje. A lo largo de ella hay un único camino, un bosque oscuro, una colina, un río que cruzar, una ciudad adonde llegar; una aurora y un crepúsculo; sólo que cada uno de estos ritos es encontrado una y otra vez, y aprendido y comprendido, descrito, olvidado y perdido y vuelto a encontrar.
(John Crowley)
Cuando atraviesas dos continentes te das cuenta de lo largo que es un viaje y lo corta que es la vida. (foto partisana)
2 comentarios:
Cuando viaja el cuerpo, la mente descansa, y viceversa. Al menos a mí me ocurre un poco.
Vuelas, Marcela.
;-)
Besos.
Me gusta lo de que la vida es un viaje, se ajusta mucho a la realidad, yo solo añadiría, por etapas... :)
Salud y abrazo
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