(...)Vivo en mí mismo como en un tren en marcha. No he subido a él voluntariamente, no tuve opción y conozco el lugar de destino. Un día, en un pasado remoto, me desperté en mi compartimiento y sentí que avanzaba. Fue excitante, escuché el golpetear de las ruedas, saqué la cabeza al viento y disfruté de la velocidad de las cosas que pasaban junto a mí. Deseé que el tren jamás interrumpiera su viaje. En ningún modo quería que se detuviera en algún lugar para siempre.
Pascal Mercier "Tren a Lisboa"
Desde pequeña me fascinó viajar en tren, a mi padre también. Viví en un nudo ferroviario durante mucho tiempo, y mi padre que era un hombre modesto cómo su nombre, le gustaba decirme "éste sábado te voy a llevar a ver el mundo"
Yo preguntaba ¿todo?. Y él asentía.
Íbamos en tren de una ciudad a otra, tardábamos dos horas y nos colocábamos en la ventanilla, uno enfrente del otro, sin hablar, para no perdernos el mundo que pasaba entero por delante de nuestros ojos.
Cuando llegábamos, nos volvíamos. Eran unos sábados en los al llegar a casa miraba el mapa y sí...creía que habia visto el mundo entero.
Viajar cerca creyendo que es muy lejos sólo es cuestión de estatura. Luego crecí.
El mundo, cuando eres pequeña está más allá de los hombros de tú padre. Pero cuando creces ya no te puede proteger. Es entonces, cuando te subes en trenes que no van a ninguna parte.
(La foto es de Helena Almeida, por un gafe de esta entrada se ha puesto partisana)
(foto partisana)(el disco que aparece a continuación se ha colocado milagrosamente, os aseguro que no sé como)
5 comentarios:
Recuerdo que ya contaste esto hace tiempo y me encantó eso de "enseñarte el mundo".
Me gusta el tren, pero ahora ya no son lo mismo que antes, cuando llevaban compartimentos y el viaje era siempre laaaaargo.
¿Así que ahora blogger pone publicidad? ya me asusté, jajaja.
Besos.
Gostei muito!
Que recuerdos tan bonitos, me recuerdan a cuando era niño y nunca quería que terminara la película, pero en general,me ocurría lo mismo con todo lo que me gustaba, a veces, cuando terminaba, apretaba los ojos y cerraba los puños con fuerza para que continuara, y...
¡A veces ocurría! jajaja
Besos y salud
Que viajes tan hermosos.....que lindo recuerdo.
Un beso, Marcela
Entradón!
Fotaza!
Mola sentirse niña para verlo todo grande.
Eso.
Beso.
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