jueves, 22 de agosto de 2013

viajes exóticos al lado



El poeta norteamericano Karl Shapiro en un ensayo se explaya sobre los viajes como emprendimientos en pos de algo por descubrir, donde no siempre todo es tranquilidad.
Escribió: "El agente de viajes nunca va a ningún lado y aparentemente es feliz suspirando sobre folletos de turismo. En ocasiones todo  lo que queda del viaje es un cambio de aire, terapia menor o un color de piel bronceado en pleno Enero".
Yo prefiero cuando Thomas Miller, más conocido como Tom Verlaine, guitarrista de Television canta en "Ain't that nothing" del disco Adventure: "Viajar te llena, pero la distancia te mata".
Viajar, no sé de ningún viaje que haya sido más exótico que dónde estaba lo que amaba.
Lo demás, mero turismo. Al lado justo al lado, en la misma butaca.

jueves, 15 de agosto de 2013

un tren a ninguna parte



(...)Vivo en mí mismo como en un tren en marcha. No he subido a él voluntariamente, no tuve opción y conozco el lugar de destino. Un día, en un pasado remoto, me desperté en mi compartimiento y sentí que avanzaba. Fue excitante, escuché el golpetear de las ruedas, saqué la cabeza al viento y disfruté de la velocidad de las cosas que pasaban junto a mí. Deseé que el tren jamás interrumpiera su viaje. En ningún modo quería que se detuviera en algún lugar para siempre.

Pascal Mercier "Tren a Lisboa"


Desde pequeña me fascinó viajar en tren, a mi padre también. Viví en un nudo ferroviario durante mucho tiempo, y mi padre que era un hombre modesto cómo su nombre, le gustaba decirme "éste sábado te voy a llevar a ver el mundo"

Yo preguntaba ¿todo?. Y él asentía.

Íbamos en tren de una ciudad a otra, tardábamos dos horas y nos colocábamos en la ventanilla, uno enfrente del otro, sin hablar, para no perdernos el mundo que pasaba entero por delante de nuestros ojos.

Cuando llegábamos, nos volvíamos. Eran unos sábados en los al llegar a casa miraba el mapa y sí...creía que habia visto el mundo entero.
Viajar cerca creyendo que es muy lejos sólo es cuestión de estatura. Luego crecí.

El mundo, cuando eres pequeña está más allá de los hombros de tú padre. Pero cuando creces ya no  te puede proteger. Es entonces, cuando te subes en trenes que no van a ninguna parte.
(La foto es de Helena Almeida, por un gafe de esta entrada se ha puesto partisana)
(foto partisana)(el disco que aparece a continuación se ha colocado milagrosamente, os aseguro que no sé como)


sábado, 10 de agosto de 2013

soy fronteriza


He leído gracias a mi amiga Maia, un discurso del gran Bolaño sobre el exilio, y me ha traspasado, me ha arreglado el día. Una cosa bella al día y anula todo ese mundo basura en el que se ha convertido las noticia diaria. Siempre he querido ser fronteriza sin pasaporte, porque siento que no soy de ningún lado. En todo caso, del lugar en el que estén mis amigos, mi trabajo y mi casa.
Soy de ninguna parte, soy sin banderas, sin patrias y sin fronteras. Incluso aunque me mueva poco de los límites de mi barrios.
 
Una frontera es una línea divisoria, una estrecha franja a un paso del abismo. Una tierra fronteriza es un lugar vago e indeterminado creado por el residuo emocional de límites no naturales. Es un continuo estado de transición.Como una ola.

Ese estado de transición que además puede ser casi inmóvil como mi vida, es el lugar para sentirme bien. Y salir y entrar por motivos que no vienen al caso. Por puro deseo.

Aquí coloco un poco de belleza de ese discurso de Bolaño:
" las únicas fronteras que respetaba eran las fronteras de los sueños, las fronteras temblorosas del amor y del desamor, las fronteras del valor y el miedo, las fronteras doradas de la ética"