Perec a lo largo de su vida llevó a cabo innumerables listas, y algunas que no llegó a realizar, como por ejemplo aquel inventario de todas las camas en las que había dormido fuera de su casa a lo largo de toda su vida.
Hay en la obra de Perec, gran hacedor de catálogos, una reiteración obsesiva de descripciones de objetos y creo que nos bastaría con las que podemos encontrar en su extraordinario libro "La vida, instrucciones de uso".
La propia obra de Perec tiene la vocación del catálogo, que es muchas veces una forma de imponer un orden arbitrario al mundo. Y creo que, además, veía ese mundo como un catálogo perdido.
Si nos convertimos en hacedores de un catálogo, veremos que éste siempre nos sobrepasa y que, además, es recomendable no agotarlo para permitir a los que lo leen que reprochen haber dejado fuera muchos nombres o datos. Que alguien te avise muy ufano de que te olvidaste del coleccionista Walter Benjamin, por ejemplo.
Siempre, siempre te dejas algo. Y dejártelo es muy bueno, porque das la posibilidad al recopilador perfeccionista de añadir algo. Es un acto empático. Siempre me han extrañado esos críticos, que viendo una exposición escriben para que no dudemos de sus conocimientos: "se hecha a faltar los nombres de......" Esa exposición era otra...!Ay, los listos con sus listas!
(Mini me, de Cattelan)
2 comentarios:
¡Qué bien se ve todo desde el palco! no sé por qué pero me recuerda a Firmín... excelentes libros para darles un buen mordisco.
Un beso
P.D. "la lista interminable" ¿no era una peli? :-)
Uffff que cansado eso de las listas...hasta la de la compra me la tienen que hacer.Saludos.
Publicar un comentario