viernes, 25 de diciembre de 2020
miércoles, 23 de diciembre de 2020
vagar
Cerrar la mano
Esconder la piedra
rasgar un mundo
hilvanado a penas
almas en pena vagando
entre ojos glaucos
mirando hacia otro lado
martes, 22 de diciembre de 2020
Poesía es decir lo que no se dice
sábado, 19 de diciembre de 2020
después del latido
Noté el salto en el latido, la quietud repentina de tu mano, que un segundo antes, desordenaba mis rizos desparramados sobre tu pecho. Sentí la tensión súbita en ese abrazo, hasta ese momento en el límite perfecto entre lo cortés y lo cariñoso. Nunca te había pedido nada; llegaba, haciamos el amor y me marchaba y estaba casi segura de que tú aún no sabías cómo enfocar todo aquello.
Podía...
Podía haber sido de otra manera
Pero siempre hay otra
como Ulyses tambíen esperabamos una Ítaca
Un lugar de confusión y desconcierto
del que se vuelve
si la ola de la ternura
podemos surfearla
con las manos entrelazadas
martes, 15 de diciembre de 2020
atracciones fatales
del universo desde el que se observa
... el mundo
También el agujero negro
en el que caes
por atracción del vacío
(anónima propia)
sábado, 12 de diciembre de 2020
miércoles, 9 de diciembre de 2020
Matemáticas de memoria y olvido
En la matemática existencial, esta experiencia adquiere la forma de dos ecuaciones elementales: el grado de lentitud es directamente proporcional a la intensidad de memoria; el grado de velocidad es directamente proporcional a la intensidad del olvido. Pueden deducirse varios corolarios de esta ecuación, por ejemplo éste: nuestra época se entrega al demonio de la velocidad y por eso se olvida tan fácilmente a sí misma. Ahora bien, prefiero invertir esta afirmación y decir: nuestra época está obsesionada por el deseo de olvidar y, para realizar ese deseo, se entrega al demonio de la velocidad; acelera el paso porque quiere que comprendamos que ya no desea que la recordemos; que está harta de sí misma; que quiere apagar la temblorosa llamita de la memoria.
domingo, 6 de diciembre de 2020
Un poema de Louise Gluck
EL DILEMA DE TELÉMACO
Nunca me decido
sobre qué poner
en la tumba de mis padres. Sé
lo que él quiere: él quiere
amado, lo que ciertamente resulta
muy exacto, sobre todo
si contamos a todas esas
mujeres. Pero
eso dejaría a mi madre
en la intemperie. Ella me dice
que en realidad no le importa
lo más mínimo; ella prefiere
ser descrita
por sus logros. No tendría yo mucho
tacto si les recordara
que uno
no honra a sus muertos
perpetuando sus vanidades, sus
auto-proyecciones.
Mi propio criterio me recomienda
exactitud sin
palabrería; son
mis padres y, en consecuencia,
los visualizo juntos,
a veces me inclino por
marido y mujer, a veces por
fuerzas contrarias.
miércoles, 2 de diciembre de 2020
tù si, el otro no
Puede acabar siendo muy agobiante que el amor se convierta para ti en una prioridad, produce mucha melancolía. Hay personas que dicen quererte, quizás sea así, pero no lo suficiente que no sea otra cosa que llenar el tiempo que no han ocupado.