lunes, 13 de diciembre de 2010

amor y terror

En las historias de amor antiguas lo cursi se daba por hecho. De ahí, que no se tuviera miedo a caer en la cursilería. Pessoa decía que las cartas de amor son ridículas siempre. Y Galdós, escribía apelativos noños a Emilia Pardo Bazán.
Ahora que todos somos unos inseguros, lo cursi está prohibido en el discurso amoroso. Es más fácil tener sexo que hablar de amor. Nos resulta más fácil firmar una hipoteca para toda la vida que decir "te quiero". Y el compromiso, es una palabra impronunciable. Con la compañía del móvil se firma un compromiso por lo menos de18 meses, con una pareja  "mañana te llamo".
En esta sociedad individualista e independiente lo difícil es comunicarte con alguien, por eso la única forma de contar una historia de amor es contando una historia casi de terror. Dice el escritor Roncagliolo que los elementos vitales de novela romántica  de siempre son: “mucho sexo y soledad”.
Ahora las historias de amor son de vampiros, de personas perdidas, desestructuradas, incapaces de amar, tristes, blandos haciendose los duros, duras haciendose las duras, y un ruido de fondo de una ciudad en la que se buscan, se encuentran, se desencuentran, se separan, se aman, pero no lo dicen.
Siempre terminan mal. Para lo literario es lo ideal, para la vida un horror.
La felicidad, es muy aburrida literariamente. La conocida frase "las familias felices no tienen historia, todas se parecen" es una media verdad. Según veo y leo, las familias desgraciadas y desestructuradas se repiten siempre con sus desgracias.
(fotografia roman & williams)

10 comentarios:

Juselin dijo...

Cuanta verdad en tus palabras.

Tomás A.G. dijo...

En épocas de censura y represión la expresión y la comunicación de ideas es más veraz y sincera.
La autocensura es de lo más pernicioso que sufrimos, y de ella brota la gruesa rama del complejo y la inseguridad.
Excelente entrada.

Mariela Gómez Erro dijo...

Hola Marcela, soy mariela gomez erro, le mandaré las preguntas a su mail de gmail, y vía Foto colectania,gracias y felices fiestas!Mariellage

Luna Roi dijo...

Las cartas de amor, para encender los fuegos del invierno

Blue dijo...

Claro, la felicidad es aburrida. Lo que nos falta es a veces lo que más nos llena (de vacío, pero nos llena).

Besos, Marcela.

Genín dijo...

Claro, es que lo bueno, los buenos no son noticia, son noticia, los crimenes, los desarraigados, los majaretas que agarran un rifle y se cargan a media humanidad, pero ese hombremujer buenos?
Ese matrimonio "normal"?
Eso no tiene interés alguno.
Los cuernos, lAS TRAICIONES EL MORBO, LA CARNAZA es lo que interesa a la gente.
Esto me recuerda con que paz vivo, aunque con gripe...jajaja
Besos y salud

José Antonio del Pozo dijo...

Y sin embargo lo difícil es escribir bien las medias tintas, esos estados intermedios en que no somos ni enteramente desdichados ni del todo felices. Acumular barbaridades es relativamente sencillo, contar los pequeños gestos con que una mami -o un padre- se desviven por su hijo es un reto. Y tema aparte es la sed de truculencias que las televisiones nos contagian a todos y con todo. Saludos bloggeros, Marcela

marcela dijo...

A todos os doy las gracias por visitarme,y dejar comentarios. Agradezco por igual los que gustan del post como los que no.
Beos

David dijo...

Joder. Yo gusto del post, Marcela. Y mucho. Una buena reflexión.
Un abrazo.

meloenvuelvepararegalo dijo...

Como siempre excelente texto.
Pero sabes qué es lo que más me ha llamado la atención? El "ahora que todos somos unos inseguros"... con eso quieres decir que antes no lo eran?
Llámame anticuada pues, pero a veces me gusta ser cursi.
Un abrazo,