lunes, 11 de junio de 2018

la felicidad es intermitente.


La felicidad es intermitente y secundaria, Solo que creemos que puede ser para siempre. Siempre es también intermitente, y a veces dura menos que un semáforo.

Cierto, en parte, si dura mucho puede ser Hubiera estado bien dedicar un capítulo a los mitos de la vida moderna, apoyados en un positivismo angustioso: "En el futuro me habría salvado", se dice confusamente el enfermo, hoy incurable; pero el futuro no es otra cosa que tiempo, sólo que aún no ha llegado. Cuando llega es presente, y entonces está preñado de bienes y males posibles, y, con toda seguridad, contiene la semilla de su propia desaparición.

jueves, 7 de junio de 2018

banalidades por comparacion


El erotismo es la poetización del sexo. Lo único que tiene de malo es confundirlo con el amor. Comparado con él es de una banalidad asombrosa. 

La pornografia es la literatura, el hombre empezó a hacer el amor imitando al animal.Y en eso sigue cada vez más. Lo banal es tan asombroso como ridículo, no hay que pensar. Dejarse llevar es de ovejas.

miércoles, 6 de junio de 2018

mirando las marismas del futuro

En 2003, el marido de Katharine M, el escritor de suspense Gavin Lyall, murió a los 70 años. Llevaban 45 años casados. El matrimonio es el agua en la que nadas, escribió mientras miraba hacia "las marismas grises del futuro". La manera de vivir de Katharine era con las palabras; era una juguetona de letras. Cuando alguién le envió sus condolencias, su respuesta incluía una frase de Siegfried Sassoon: "Soy rica en todo lo que he perdido".

En ocasiones funciona al revés, se es muy pobre por todo lo que no has tenido, y sin embargo se te ocurre malgastar lo que te queda. Deprisa, deprisa. Cada día hay que hacerlo valer por tres. A cierta edad ser guardian de cosas o personas es un contrasentido.
No cuidarse en los deseos es diferente que darse caprichos. Muy diferente. Los caprichos pueden duran toda la vida, los deseos momentos.
 

domingo, 3 de junio de 2018

los abismos del pasado


El pasado es un abismo sin fondo, que engulle a todas las cosas pasajeras, y el porvenir, otro abismo que nos resulta impenetrable; uno se vierte constantemente en otro; esa sensación pone al presente al borde de un abismo (.) 

Abismo nombra en griego lo sin fondo, como aoristo nombra lo sin límite. A-byssos del tiempo. Precisamente se denominan abismos los lugares más profundos del océano, allí donde la luz solar nunca llega."

Pasqual Quignard