Segun estudios de esas Universidades americanas que
pueden ser la de Oregon o Cincinatti o vaya usted a saber, se ha
descubierto que " los hijos únicos
inevitablemente serían niños egoístas, difíciles y que tendrían menos
práctica manejando conflictos con sus pares. Al crecer solos con dos adultos siempre pendientes
de ellos tendrían una alta posibilidad de volverse egoístas y
autocentrados. También se pensaba que serían niños que no sabrían
compartir ni socializar con los demás".
Pues bien en mi caso es cierto.
A la vez dicen que somos más inteligentes y creativos, y también es cierto. Lo
que no aclaran es que grado de inteligencia es. Soy una inteligente muy
tonta.
Y como me
gustan las fotos pero no las familiares puesto que al ser pocos los
llevo revelados en platino en mi cabeza, no guerdo fotos. Así que voy
reconstuyendo una historia familiar con desconocidos. Las compro en mis
viajes y mercadillos. Sobre todo en París que son muy fotogénicos.
Ahora
me han dado el placer de exponerlas en la casa de René Char-el poeta
francés- con una exposición de Jacques-Henri Lartigue, que retrata a
familiares y amigos en un mundo feliz. Seguro que me contagia la
alegría.
n descubierto que " los hijos únicos
inevitablemente serían niños egoístas, difíciles y que tendrían menos
práctica manejando conflictos con sus pares.
Al crecer solos con dos adultos siempre pendientes
de ellos tendrían una alta posibilidad de volverse egoístas y
autocentrados. También se pensaba que serían niños que no sabrían
compartir ni socializar con los demás".
Pues bien en mi caso es cierto.
También dicen que somos más inteligentes y creativos, y también es cierto. Lo que no aclaran es que grado de inteligencia es. Soy una inteligente muy tonta.
Y como me gustan las fotos, pero no las familiares puesto que al ser pocos los llevo revelados en platino en mi cabeza, no guardo fotos. Así que voy reconstuyendo una historia familiar con desconocidos. Las compro en mis viajes y mercadillos. Sobre todo en París, que los franceses son muy fotogénicos.
Ahora me han dado el placer de exponerlas en la casa de René Char -el poeta francés- junto con una exposición de Jacques-Henri Lartigue, que retrata a familiares y amigos en un mundo feliz. Seguro que me contagia la alegría.
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