martes, 21 de octubre de 2014

los títulos de marguerite duras



Se pasaba los días enteros en las ramas absorta en el dolor inducido por el amante, Incluso se había convertido en un dique contra el pacífico. Recordaba aquél moderato cantabile, sus ojos azules, pelo negro, y aquella canción india que le recordaba a la amante inglesa.
Todo absolutamente todo, sucedía en el square repleto de la música que le producía un arrebato parecido al de Lol V. Stein.

Margerite Duras era ella misma literatura, mon amour. Y además se atrevió a posar para una foto de el gran Richard Avedon, trágica en su fragilidad, atrevida cómo sus sintaxis. Nunca volvió a dirigirle la palabra. Por otro lado, tampoco ninguno de los otros retratados quiso volverse a encontrar con el fotógrafo, ni siquiera en la calle.

Sin embargo, me pregunto ¿porqué todos querían ser objetivo del artista? Por eso, porque sabían de su arte. Arte de verdad lejano de lo bonito.

 (Margerite Duras por Richard Avedon en 1993)

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