La Femme d'à côté es sin duda una de las películas más íntimas, bellas y personales de Truffaut en la que se refleja cómo el amor no correspondido puede llegar a destruir emocionalmente a una persona y convertirla en un esclavo de sus emociones y aún así seguir engañándose sin importarle las consecuencias. Pocas veces una película transmite tantos sentimientos como ésta. ¿Quién no ha sufrido alguna vez en su vida el dolor de no sentirse amado?
Las películas que nos gustaron menos que otras del mismo director hay que revisitarlas. Una crece y las sorpresas son inmensas.Me acordaba que me gustó, pero la revisión me ha fascinado.
En la película Truffaut plantea con fina inteligencia cuestiones como
la fragilidad de los sentimientos humanos (tema recurrente del autor),
las dificultades del amor, la necesidad y los problemas de las
relaciones de pareja. Investiga, además, el alcance y las limitaciones
del amor, su relación con el sufrimiento y su viabilidad a costa de
renuncias y sacrificios. También analiza los efectos positivos
(plenitud, felicidad, integración social) y negativos del amor. Se
preocupa de modo especial de éstos, cuando desatan fuerzas instintivas,
que en ocasiones puden dar lugar a desórdenes psicológicos y
emocionales.
En casos extremos la fuerza de los instintos puede generar
trastornos de bloqueo mental ("amour fou"), de los que se derivan
comportamientos irracionales, infantiles, obsesivos y, a veces,
autodestructivos.
Bernard y Mathilde son presentados gradualmente, en un torbellino vertiginoso que llevará a su fusión en el último fotograma. Gemelos,
amantes dobles en una sociedad pacífica
e insoportable, planifican una relación simbiótica donde las identidades están
inextricablemente entrelazados.
Hoy las sociedades ya no permiten los sentimientos salvajes, si las pasiones rebasan el límite de lo conformado saltas algunas alarmas de lo contemporáneo. Ahora mismo la historia deviene imposible por la democratización del amor (diréis que me paso) en la que en vez de ser una persona hay que ser dos. Y no me parece mal porque ya soy adulta: he crecido.
Pero en el cine pasiones que maten.